viernes, 26 de agosto de 2022

Celebración de la poesía



El Festival Internacional de Poesía de Mendoza nació con su primera realización, en la Feria del Libro de 2013, tras un largo período de planificación y conceptualización. La propuesta había sido ofrecida en otras ocasiones, años anteriores, con formatos similares al que finalmente tuvo.
La idea era honrar, con la realización de un festival, la obra de poetas contemporáneos de Mendoza, el país y algunos lugares del mundo. La razón era que Mendoza siempre ha sido una tierra con grandes poetas y, así como en esta provincia se celebra el vino, era necesario celebrar la cosecha lírica.
En las sucesivas ediciones, del festival han participado más de 100 poetas, provenientes de Mendoza, diversas ciudades argentinas y de países como Corea del Sur, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua, Colombia, Chile, Estados Unidos, Venezuela y Uruguay.
Los poetas invitados a este festival son: Santiago Kovadloff (Buenos Aires), Martha Elena Hoyos (Colombia), Antonio Requeni (Buenos Aires), Rafael Felipe Oteriño (Provincia de Buenos Aires), Susana Szwarc (Chaco), Eduardo Álvarez Tuñón (Buenos Aires), Victoria Urquiza (Mendoza), Cecilia Restiffo (Mendoza), Susana Slednew (Provincia de Buenos Aires-La Pampa), Hernán Schillagi (Mendoza), Laura Martín Osorio (Mendoza), Andrea Marone (Mendoza), Sergio Morán (Mendoza), Claudia Bertini (Mendoza) y Marisa Pérez Alonso (Mendoza).
Leer más

Santiago Kovadloff



Reside en Buenos Aires, donde nació el 14 de diciembre de 1942. Es ensayista, poeta, traductor de literatura de lengua portuguesa y autor de relatos para niños. Se graduó en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Profesor Honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Comité Académico y Científico de la Universidad Ben-Gurion del Neguev, de Israel. Participó como profesor invitado en la Cátedra Latinoamericana “Julio Cortázar” de la Ciudad de Guadalajara, México, en el año 2013.
Es miembro de número de la Academia Argentina de Letras, miembro correspondiente de la Real Academia Española y vicepresidente de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Desde el año 2016 preside el capítulo argentino del Club de Roma. Se desempeña profesionalmente como profesor privado de Filosofía y conferencista. Es colaborador permanente del diario La Nación de Buenos Aires. Su obra literaria —ensayo, poesía y cuentos— incluye títulos como Zonas e indagaciones, 1978; Canto abierto, 1979; Ciertos hechos, 1985; Ben David, 1988; El fondo de los días, 1992; El silencio primordial, 1993; República de evidencia, 1993; El tobillo abandonado, 1994; Lo irremediable, 1996; Hombre en la tarde, 1997; Sentido y riesgo de la vida cotidiana, 1998; La nueva ignorancia, 2001; Agustina y cada cosa, 2001; Ensayos de intimidad, 2002; Una biografía de la lluvia, 2004; Natalia y los queluces, 2005;  Los apremios del día, 2007; El enigma del sufrimiento, 2008; Ruinas de lo diáfano, 2009; El miedo a la política, 2010; Líneas de una mano, 2012; La extinción de la diáspora judía, 2013, y Las huellas del rencor, 2015.


Amanece

Es curioso: oigo llover y a la vez cantan los pájaros.
Podría ser que el agua recién comience a caer
y que los pájaros aún no lo hayan advertido.
O podría ser que los pájaros lo hayan advertido
y estén, en realidad, dejando de cantar.
Pero podría ser también que haya empezado a llover
y que los pájaros lo sepan
y aun así se larguen a cantar,
y que por fin haya nacido el día inesperado.


Toledo

Vuelvo, dos años después, al sitio que quise tanto.
Ocupo, dos años después, la mesa que fue mía.
Bebo con unción del mismo vino
y sueños que entonces tuve
y que luego se perdieron,
renacen de la mano que los acarició.

Algo, no obstante, opaca el goce del reencuentro.
Quizá sentir de pronto que me sobreimprimo,
que al volver aquí me usurpo un recuerdo,
me lo robo, lo violento y al forzarlo
a ser de nuevo realidad,
una pobre realidad,
calco mis pasos, me imito,
me repito como un perro que extraviado
sólo sabe ir y venir sobre su huella,
olfatear sin rumbo su recuerdo
buscando una señal
que avive lo perdido.


Leer más

Martha Elena Hoyos

 


Cantautora colombiana y poeta.  Reside en el el Departamento del Quindío Investigadora de la copla y viajera de las raíces sonoras de América. Coautora de Agenda Mujer Colombia, agenda-libro con 27 ediciones continuas en su país, hasta la fecha. Ha publicado también El Canto de las Urdimbres, Canto colectivo, canto sanador, y es autora del performance Metamorfosis, que integra palabra, danza y canción. Autora de cientos de coplas, decenas de décimas, y de los poemarios a publicarse Temblor y Milagro y En una gota el bosque. Realizadora de seis producciones discográficas con 74 con obras grabadas y múltiples video-canciones. Creadora de Poecántaros, con más de 40 poemas que ha musicalizado de autores hispanoamericanos. Su producción Mujer América da cuenta de un trabajo de investigación sobre mujeres de historia y leyenda, que la autora lleva a la poesía y la canción. Martha Elena es también autora del personaje de caricatura Mayra, y preside Fundación Cultural América en mi Piel. 


Corazón de jaguar
A Chichenitzá 

Cada vez, 
cuando estuve cerca de la Pirámide
supe del jaguar.
Entonces el Balaam dormía 
y mi paso olfateaba la huella de su memoria.

Un día, de regreso,    
Sol resplandeciente jaguar despierto
atiné abierta la puerta del encuentro.

Temblor de paloma fueron mis manos 
cuando ascendí por el túnel al cotejo de Ojos de Jade…

Y vi al jaguar sediento de mi corazón latente
felino hambriento de anunciado vuelo 
poderoso Chac que mi poder quería
para devolverme luego el corazón entero
bañado en la sangre de sus vuelos nocturnos
envuelto en las estrellas de su manto universal 
ungido y masticado por la savia eterna de sus fauces.



Conciencia  

Vuelvo la mirada al punto de quiebre
al febril instante
cuando el ángel se guardó en sus alas
y un ciego delirio nubló el umbral de la conciencia.
Vuelvo con humildad y reverencia
a encender la llama del altar interno
al hilo de plata que nunca se rompe
—ni en la noche oscura del alma—. 
Vuelvo silenciosa a sostener la cuerda
ruta maestra de temple y malabar.
Leer más

Antonio Requeni

Fotografía: Camila Toledo.


Nacido en Buenos Aires en 1930, es una de las figuras de la poesía argentina. Fue periodista del diario La Prensa entre 1958 y 1994, cuando se jubiló en el cargo de secretario de redacción. Fue corresponsal de Radioprogramas Hemisferio de La Voz de las Américas, Estados Unidos, y dirigió la revista Italpress. Fue también crítico bibliográfico del diario La Nación. Obtuvo una mención especial en ADEPA y los Premios Konex en las categorías Literatura Testimonial y Periodismo Cultural, respectivamente.
Publicó una decena de libros de poemas, un libro de cuentos para niños (fue colaborador de Billiken), un volumen de crónicas de viaje y el Cronicón de las peñas de Buenos Aires, que mereció el Primer Premio Municipal de Ensayo. También fue distinguido con el Primer Premio Municipal de Poesía por su libro Línea de sombra.
Es miembro de número de la Academia Argentina de Letras. Fue condecorado por la República Italiana con la Orden de Cavalliere Ufficiale. En la Academia Nacional de Periodismo coordinó la Comisión de Publicaciones.
Entre sus libros de poemas figuran: Luz de sueño (1951), Camino de canciones (1953), El alba en las manos (1954), La soledad y el canto (1956), Umbral del horizonte (1960), Manifestación de bienes (1965), Poemas españoles (1970), Inventario (1974), Versos en la ciudad (1974), Cuatro poemas (1985), Línea de sombra (1986), Travesías (1997). La Academia Argentina de Letras publicó su Poesía reunida en 2014.


Oscuro fuego

¿Quién necesita que yo escriba?
Sin embargo es hermoso
vivir por la belleza,aproximarse
al fuego oscuro en el que arde
la fiesta y el misterio de la vida.
Aunque a nadie le importe.
Brilla en la noche el verso
bello y desamparado
como un cuerpo desnudo.


Piedra libre

El padre juega con sus criaturas.
La cara vuelta contra la pared
y el brazo levantado hasta los ojos,
está contando como si llorara.
Y mientras cuenta sus criaturas crecen,
van por el mundo, suben escaleras,
se enamoran o estudian geografía.
Cuando termina de contar, el padre
entra en los cuartos y revisa muebles.
Apenas ve. ¿Quién apagó las luces?
Su voz, que ha enronquecido, los invita
a dejar de una vez sus escondites.
Y los hijos regresan, jubilosos.
¡Cómo han crecido! Son casi tan altos
como los sueños que en su juventud
solían desvelarlo dulcemente.
¡A contar! ¡A contar! –exclama el padre.
(Los grandes siempre vuelven a ser niños.)
Y los hijos se apoyan contra el muro,
hunden la frente entre los brazos. Cuentan.
Y mientras cuenta –once, doce, trece…-
el padre se va haciendo pequeñito.
Cuando terminan de contar lo buscan.
Lo buscan pero el padre no aparece.
Se ha escondido debajo de la tierra.
Leer más

Rafael Felipe Oteriño

Fotografía: Camila Toledo.

 

Nació en La Plata, en 1945. Publicó doce libros de poesía –el último se titula Y el mundo está ahí (2019)–  y dos volúmenes de ensayos sobre poesía: Una conversación infinita (2016) y Continuidad de la poesía (2020). Su obra poética se encuentra reunida en Antología poética (1997), Cármenes (2003), En la mesa desnuda (2008) y Eolo y otros poemas (2016). Primer Premio Regional de Poesía Secretaría de Cultura de la Nación (1985/88), Konex de Poesía (1989/93), Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía (2009), Rosa de Cobre de la Biblioteca Nacional (2014). Es miembro de número de la Academia Argentina de Letras. 



Lo que no está

Ahora corre cerca de la orilla,
ahora se encuentra a cuatro pasos: suspendido,
ahora reinicia la marcha,
me pide que le extienda una mano,
que lo ayude a cruzar,
que lo conduzca a través del frío y del agua.

Esconde su cabeza: se sirve de mí,
le resulta muy difícil andar sin el cuerpo,
aunque lo disimule con silencios graves,
detrás de unos arbustos
o en el silbido de los cables aéreos,
donde se oye más nítido el blanco de su voz.

¿Cómo decirle, si no está,
palabras que lo acaricien?,
¿cómo llamarle musgo, pedernal, abrigo,
si es sólido y no se hunde,
si es cóncavo y no se llena,
y sin mi ayuda no retiene ni el agua ni los colores?



Entre 

Este vivir
entre la tormenta y la piedra,
entre el cuerpo y el agua,
entre el silbato de las 5,00
y la sombra del regreso;
entre una ciudad dormida
y otra que se despierta
con su ojo de cíclope,
entre dos continentes que se acechan
y a los que separa el mar.

Antes jóvenes, luego maduros,
más tarde cautivos;
como vigías de faro
buscándonos en círculos
y en línea recta,
detrás de un pequeño sol;
con el corazón transparente,
sin haber podido desbaratar
el lento declive
ni arrojado el Yo en un abismo.

Y aunque el arroyo se desborde
y la casa se anegue,
aunque la lluvia caiga
y la estrella se despida:
heracliteanos, oscuros,
invisibles para todos,
menos para el sol mismo;
aprendiendo a respirar
la infancia de un país doloroso,
el azar de palabras revueltas.

Entre los primeros días de agosto
y los últimos de septiembre,
entre la mano que descansa
y la mano que oprime;
ni demasiado pronto, con lágrimas,
ni muy entrada la noche;
entre lo hundido, fangoso,
y el despertar de lo claro:
siempre vivimos entre:
en la cuerda de un delgado sueño.

Leer más

jueves, 25 de agosto de 2022

Susana Szwarc



Nació en Quitilipi (Chaco) en 1952. Publicó poesía, narrativa y teatro. Sus cuentos han sido reunidos con el título de La resolana (2018) y su poesía reunida: Decir la suerte (2021);  ambos libros por editorial ConTexto (Resistencia, Chaco) si bien ha publicado luego Distancia cero (microrrelatos en 2020 por ed Desde la gente) y en poesía Caracú (2021,  ed.Pixel, La Plata) En España se han reeditado sus libros Bailen las estepas (ed Liliputienese, 2016); El ojo de Celan y Bárbara dice, ambos por ed. Polibea (2019 y 2022). Sus libros de poesía Bárbara dice y El ojo de Celan han sido traducidos al francés por la profesora Cristina Madero, al italiano por el poeta Alessio Brandolini  (2011 y 2016); su nouvelle Trenzas, al alemán por la escritora y traductora Dra. Erna Pfeiffer (2019). Obras suyas se han representado en varios teatros: La escala de San Telmo; el Centro de la Cooperación; El camarín de las Musas, entre otros.
Su cuento No camines en el barro fue llevado a la ópera  por el compositor Cristian Varela y estrenada en 2011. Es integrante del Club argentino de kamishiba (teatro de papel).


Pasajeros

Se nos cansó, decimos, el caminar.
Pares, impares, acostados
miramos las estrellas.
Me arrimo a tu omóplato:
hay un sitio para descansar, digo
y saltamos al vagón.

Esos chicos del tren juegan: bailan
ahora sobre mi esternón
y reímos de los panes en las bolsas. 

Residuales, eso somos esta noche,
este día. Y estamos contentos. 
Las hojas del árbol, amarillas, entran
por las ventanas, adornan
los cuerpos.

Es de noche, es de día,
los gorriones en las ramas saltan.
Uno vuela sobre la hoja que cae.


Ir y venir
Viene el hombre que me trae la comida 
(me gusta pedirla, me gusta abrir el papel
en que la envuelven y dejarla enfriar.
Es otra mujer la que cocina y dos hombres  
la reparten por las casas).

Pero este sábado 
él me pregunta: ¿qué hacés en tus clases?,
quiero leer poesía de ahora y no entiendo,
me dice.

Entonces lo hago pasar.
Busco los anteojos, busco el cenicero,
y abro a Juárroz primero
y abro a Gianuzzi después.
Me gusta abrirlos así, al azar,  en alguna página,
ver cómo saltan las letras.

Café y manzanas leo, mientras la comida
que me trajo este hombre
se enfría más sobre la mesa.

Nos enredamos en esa música ajena
que se nos hace propia y los ojos
del hombre que me trae la comida
se llenan de lágrimas. Entiendo, me dice,
eso que no entiendo.

¿Y Borges? Pregunta, ¿creés que podré 
con él? Le acerco un pañuelo
de papel y se seca las lágrimas. 

Antes de  irse él vuelve a preguntar: ¿entonces
me hicieron creer que no entiendo?

No entendemos
y ni falta que nos hace. Basta con llevar esas frases  a la boca.

El hombre que me trae la comida se va.
Y yo saboreo lenta los trocitos.
Leer más

Eduardo Álvarez Tuñón



Nació en Buenos Aires el 16 de abril de 1957. Es poeta, narrador y ensayista. Colaboró en diversos suplementos culturales y revistas literarias. Es académico de número de la Academia Argentina de Letras.
Publicó las novelas El Diablo en los ojos (1994), El desencuentro (1999 y 2010, dos ediciones), Las Enviadas del final (1999); y La mujer y el espejo (2016), que recientemente fue reeditada en España. También es autor de los libros de cuentos Reyes y Mendigos (2005), que obtuvo el Premio de la Fundación Suiza y Armas Blancas (Editorial Planeta, 2012) y El tropiezo del tiempo (2019)
Entre sus libros de poesía se destacan El amor, la muerte y lo que llega a las ciudades (1980); La Secreta mirada de las estaciones (Buenos Aires, 1987 y Sevilla 2012, 2da. Edición); la Antología poética (1991) y La ficción de los días (2013). Poemas suyos integraron el libro 200 años de Poesía Argentina, que Editorial Alfaguara presentó como el canon del bicentenario. Participó, también en la selección Poesía Latinoamericana hoy publicada en México en el 2010 y Poesía Latinoamericana para el mundo, publicada en New York en 2014. 
Ha sido traducido al inglés, al francés y al italiano.
Dirige, en la actualidad, la colección de poesía “El Aura” de la editorial Libros del Zorzal ,con el poeta Mario Sampaolesi. Ha sido jurado del Premio de Poesía del diario La Nación y dictado cursos sobre creación en la Universidad de Columbia en New York. 
Es abogado, egresado de la Universidad de Buenos Aires y se ha desempañado como Juez Nacional y como Fiscal General. Es profesor de Derecho del Trabajo y ha publicado diversas monografías de su especialidad.
Su cuento El retorno y los libros ha figurado en diversas antologías y se considera un texto importante acerca de la iniciación en la lectura, que integra el programa de Literatura de la escuela secundaria en la Argentina.



El elegido

«...conosco i segni dell´antica fiamma..»
(Purgatorio, XXX, 46- 48 )


Es vana la quietud y es inútil la fuga: 
Cuando alguien ama, una ciudad se acerca.
 La anuncian los aromas de la noche y la espera.
 Quien recorre sus calles lo hace en busca de un rostro.
 Son eternas las vísperas si atraviesas su puerta.
 No querías volver. Te sientes viejo 
y ya la lluvia bendice tu retorno. 
Es vana la quietud y es inútil la fuga.
 Los árboles lo dicen a tu paso: 
Amas a esa mujer porque la has visto
 en un lugar de la tierra en donde nadie ha muerto
 y envidias nuestras ramas que pueden darle sombra. 
Una ciudad se acerca. No apartes este cáliz.
 Interrumpe tu viaje, que son bellos los miedos
 y si no la recorres ella desaparece. 
No amarás un color porque alguien lo ha visto.
 Nada ha de conmoverte cuando caiga la tarde.
 Recuerda el signo de la antigua llama: 
De nuevo una mujer y una ciudad.
 Los árboles lo dicen a tu paso:
 No es el amor que vuelve. 
Es obra de los días y los vientos.
 Te han elegido.
 Han querido enseñarte lo que sintió la piedra de viejas catedrales
 cuando alguien la apartó de aquél secreto río
 y vio su soledad transformada en un templo.
Leer más

Victoria Urquiza

Fotografía: David Esteban

Profesora en Lengua y Literatura, forma parte de la colectiva P.A.P y del Colectivo Write like a girl. Participó  del grupo-taller Más allá de las palabras. Coordinó, en compañía de Ivana Carrizo, el taller para adolescentes Frankenstein. Fue organizadora del ciclo de arte joven Oídos aturdidos por palabras jóvenes, espacio «destinado a chicxs entre 15 y 21 años». Además, junto con Laura Martín llevó a cabo el proyecto Literatura Zombie para la difusión de literatura por medios no convencionales. Ha publicado en revistas digitales y en algunas antologías. Es autora de Luna en Escorpio (Ed. Caleta Olivia, 2018), Darse cuenta (Payana Ediciones, 2022) y de las plaquetas autoeditadas Registros, Puedo ponerme ñoña y decir, Abecedario de la pérdida y Paraíso perdido. Actualmente, facilita el taller Todas las puertas son para salir y, junto a Marinés Scelta, el taller Caja de herramientas.

 

Todo cuerpo es una casa que se derrumba
 

Todo cuerpo es una casa que se derrumba
una destrucción que crea
herimos la superficie que absorbe la tinta
sobre todo origen
el principio del caos
la abolición de los finales
apogeo y ruina
irrumpen en los paisajes conocidos
romper
romper
romper
nada que nace viene solo de la vida

 

Oración

«Madre: es tu desamparada criatura quien te llama»
Olga Orozco


sálvame Madre
de ser quien soy
de mi hambre constante por un son que no me pertenece
de los muertos que quieren su venganza en el revés de la noche

sálvame Madre
cualquiera sea el sitio que habitas
tengo los ojos llenos de cenizas
para acostumbrarme a andar las sombras

di mis huesos a amantes tibios hasta el aburrimiento
que agrandaron heridas con la misma pasión con la que amaban
yo no sé cuidarme del amor de los hombres
esta tristeza que sube como caracoles
tiene casa en mi sangre

he quedado huérfana de toda espera
me hice mujer a mi imagen y semejanza

sálvame de haber querido ser otra
y quemarme las alas en cielos ajenos
sálvame
de esto que no tiene nombre
de andar desnuda demasiado tiempo
vistiendo trajes de emperadores

sálvame de no poder conjurar mi propia sed
de ser el hueco donde retumben otros lamentos
de andar con demasiada prisa y no encallar
de quedarme en árboles enanos

sálvame
de las distancias precisas
de decir la verdad cuando haya que mentir
de ser dadora inútil

sálvame Madre
me quedé niña lamiendo secretos

ahora necesito
la piel tensa de las serpientes
y mi olor para reconocerme entre los vivos
Leer más

Cecilia Restiffo




Nació en la ciudad San Martín (Mendoza. Es profesora de Grado Universitario en Lengua y Literatura (UNCuyo). Ha participado en diversos proyectos literarios como la revista Molinos de viento y Ulyses. Además dirigió el suplemento poético La Voz. Colaboró con reseñas críticas en Diario UNO de Mendoza  y en la revista El Desaguadero. En 2004 publicó La cicatriz del silencio, su primer poemario, en la Colección de Poesía Desierta de la Editorial Libros de Piedra Infinita. En 2010 participo de la Antología de poesía mendocina contemporánea “La ruptura del silencio”, de circulación provincial. La casa vacía, su segundo libro de poemas, apareció en 2015 en la Colección El Desaguadero. En 2019 participó con algunos de sus textos en la Antología Federal de Poesía: Región Cuyo Andino. A principios de 2020, quedó finalista del Mundial de escritura, con su novela Un trabajo de principiantes. Su tercer poemario: Puntos de contacto fue ganador del Certamen Provincial Vendimia 2020. En la actualidad trabaja sobre su nuevo libro de poemas, Filosofía de la palabra, aun inédito. Ejerce la docencia a nivel secundario, superior y es investigadora de temas relacionados a la educación y a la escritura literaria.


Salamandra

Respira profundo tomando el aire de mayo,
la boca quema palabras viejas, traídas de otros lugares,
a su alrededor todo se ilumina de nuevo
y el crujido acalla la espera de este viernes.
Cerramos las puertas y los postigos despiden la tarde,
imaginamos la humareda exterior en una postal de otoño
como las que se entregan a los turistas de paso,
pero es este espacio el que abre los deseos,
las manos se tocan y se enhebran despacio
en un acto de reconocimiento visceral.
El color del fuego suaviza las sombras alargadas
en un juego que se replica en los cuerpos,
observamos el ardor y las cenizas en un solo movimiento,
lo que nace y lo que muere sin dejar opción,
el pulso vital que nos agita insatisfechos en un esfuerzo
y un desmayo esperado. Con los ojos fijos
sorbemos los besos que alimentan una escena de gemidos
pulsados en una armonía vertical.
Las últimas brasas registran las palabras a media voz
y guardan el silencio anudado entre la manta
que avanza sobre la desnudez compartida
con los objetos, con la verdad que acuna lo perfecto.


Puente

Dedos demasiado cortos, una herencia paternal
que encadena los eslabones de la historia,
el rasguido se desacopla de la cadencia
y me desafía a una justa de destreza,
piso con fuerza las notas
que se deshacen ante el arpegio traidor.
La boca se destempla y me avisa del infortunio:
la quinta se corta y azota el aire de abril,
la música se interrumpe por el cuerpo roto,
al que abrazo para dar consuelo.
Como la cigarra, dice María Elena,
así me levanto y vuelvo a empezar,
empuño mi tesón y subo desde la primera,
la canción se enhebra con un pulso de escenario,
recupero la armonía y mi voz es tela del combate.
Ataco desde atrás con el sol que me acompaña,
se repite la corrida y dejo caer la estrofa completa,
recorro todo el verso en un bis a caballo
que me despide sin revancha ni destiempo.
La caja reluce y esta música labrada por mis manos
es la perfecta cicatriz del silencio.

Leer más

miércoles, 24 de agosto de 2022

Susana Slednew



Nació en 1958 en Coronel Suárez, Provincia de Buenos Aires. Vivió treinta años en La Pampa. Actualmente, reside en Ciudad de Mendoza. Trabajó como docente en el área de Lengua y Literatura, como capacitadora y tallerista para Plan de Lectura. Fue expositora en Congresos y Jornadas. En poesía fue seleccionada en dos ocasiones por el Fondo Nacional de las Artes para integrar encuentros coordinados por las poetas Alicia Genovese (2009) e Irene Gruss (2013). Entre 2010 y 2020 integró el grupo de poesía Desguace y Pertenencia con el que compartió tres ediciones colectivas: El hilo invisible (edición de autor, 2012), Donde el viento (Dunken, 2015) y Hoja de ruta (Ediciones en Danza, 2019). Participó en varias antologías. Publicó: Los bordes del azar (Ediciones en Danza, 2017), Lavar la vida (Ediciones en Danza, 2018), Mapa oscuro (Ediciones del Dock, 2019), Porcelana rota (Premio poesía Fondo Editorial Pampeano, 2020), Poéticas del movimiento (Ediciones en Danza, 2022), obra que resultó finalista del Premio Inés Manzano 2022.



alguien dijo mi nombre
antes de que yo naciera

cuando lo oí la primera vez
sonó triste
como el nombre de una niña sin aire

mientras me volvía grande
en la sombra extendida de los pastos
mayor yo bajo las nubes
y para mí misma
extraña
ese silencio del nombre
parecía ser lo único verdadero:

un canto 
lento e inaudible
nacido antes de antes
de silencio a silencio
sin pájaros



mi padre se parecía a los caballos 
que el abuelo herraba 
en el final del terreno de la casa
fortaleza y libertad 
impaciencia de potro frente al campo

yo imitaba su furia en un cuaderno oscuro
un imperfecto ser sin cascos ni músculo
donde la frágil cabalgaba 
por antojo de imitar lo que hacía su padre con el día

y fui la perfecta contracara
la moduladora del vacío

él me enseñaba el vértigo de sol a sol 
el morro 
yo controlaba el trazo del papel 
él modelaba la mezcla sobre el ladrillo 
yo agregaba a la hoja
la tesitura grave
la fuerza de lo que estalla en soledad


De Poéticas del movimiento, Ediciones en Danza, 2022.

Leer más

Hernán Schillagi



Nació en 1976 en la ciudad de San Martín (Mendoza, Argentina). En el año 2002, Mundo ventana (poemas), fue publicado por Libros de Piedra Infinita, editorial que dirige junto a Fernando G. Toledo. En 2007 apareció, en la Colección de Poesía Desierta, Pájaros de tierra. Fue galardonado con el Primer premio en el Certamen Literario Vendimia de poesía 2008 con el libro Primera persona (Ediciones Culturales de Mendoza, 2009). En 2011 publicó la edición digital de su primer libro de relatos breves, El dragón pregunta. En 2013 aparecieron Gallito ciego, selección de poemas 2007-2013 (Libros de Piedra Infinita) y La visión del anfibio (ensayos, edición digital). En 2014, el poemario Ciencia ficción fue editado por la Colección El Desaguadero (Libros de Piedra Infinita). Fue uno de los coordinadores del Festival Internacional de Poesía de Mendoza por dos años (2016-2017). Publicó en 2016 la novela De los Portones al Arco (Libros de Piedra Infinita) y, en 2017, ganó el Primer premio en el Certamen Literario Vendimia de Novela con el libro Los cuadernos de Gloria. En 2020, publicó el libro de ensayos y crónicas breves Fritanga maravillosa y el de poemas Lengua padre.



solo para emergencias

 
 
tu asiento bien podría ser
un simulador de vuelo pero no
 
vas en línea recta con los demás pasajeros
el corazón a los saltos por cada bache
badén lomo de burro y frenadas 
que logran mezclar la materia luminosa de tus sueños
con las sombras de la realidad
 
hace cuarenta minutos que sos parte
de una cápsula metálica que atraviesa fugaz
las entrañas del suburbio el chofer
prende la radio y es agua que cae de los parlantes
y te salpica «mis manos ya son de barro
de tanto apretar el dolor» entonces
te das cuenta de que nunca vas a llegar a tiempo
cuenta de que es imposible dejar al olvido
en alguna parada hacerle una promesa fácil
y seguir solo como si una emergencia
en la mitad de la noche
justificara toda cobarde fuga



melodía familiar

mi padre era leonardo favio
o al menos la voz de mi viejo
podía guitarrearla de vez en cuando
al entrar a mi departamento
de recién casado con tres muebles
y cuatro acordes inseguros
que sabían completar el vacío
y la incomodidad 

años sin hablarnos y una promesa
como estribillo «no revolver el pasado»
así los tonos otra vez cambiaban a graves 
para imitar una melodía familiar
la cadencia terrosa que cantaba
y encantaba el presente pero otra vez
el rencor otra vez las notas oscuras 
para que todo pacto pasara a ser 
una esquiva crónica de niños solos

el siglo se moría y sobre mi lengua 
un milenio entero para entender 
por qué nuestra frecuencia sonora vibraba
más en el silencio que en la música
que su voz de cantor popular quebró 
la mía para siempre y se repite ahora en mí
se duplica y se eleva porque yo
yo no puedo olvidarla

del libro Lengua padre (Libros de Piedra Infinita, 2020)

Leer más

Laura Martín Osorio




Es Profesora de Grado Universitario en Lengua y Literatura por la UNCuyo, Diplomada en Estudios de Género y Movimientos Feministas por la UBA, Magíster en Culturas y Literaturas Comparadas de la UNC y Especialista en Lengua y Cultura Italianas de la USAL.
Se desempeña como docente de nivel superior en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo (Literatura Italiana) y en el ISFDyT N° 9-002 “Tomás Godoy Cruz” (Literatura Italiana, Literatura para niños y jóvenes y Literatura Juvenil). También da clases de idioma italiano en la Scuola Dante Alighieri di Mendoza. Trabaja en la Editorial Sombrero azul y en la Revista Pan y queso, dedicadas a la literatura para las infancias. Actúa en el espectáculo teatral Bombos y poetas.
Es escritora, ha editado dos plaquettes con poesías de su autoría: animala y días en rojo. De forma colectiva, ha publicado fanzines, plaquettes y libros. En 2021, publicó su primer libro, Bombos y poetas (Rima Limón). Es coautora de Asterisco (Editorial Sombrero azul, 2021), fanzines con poesías para las infancias. En mayo de 2022 publicó su libro de poesías Por la cañada del arroyo seco ​(Fractura ediciones).


IX
 
Caminé durante horas
por la cañada del arroyo seco,
oía una voz que me llamaba.
Podía reconocerla. Era tu padre
cuando tenía 25 años.
Insistía en que lo alcanzara.
Apenas podía mover mis pies,
una mano me impedía avanzar.
La voz insistía, hablaba de un barco
que partiría a las 11.
Yo iba descalza, con mi vestido de novia
y una valija de cartón.
Tenía el pelo largo
y la cara de ahora.
Pensaba en cómo sería viajar en barco
por la cañada seca.
Te espero en el puerto, decía,
no me dejés solo,
llevo puesto el traje celeste,
tengo el pañuelo que bordaste con tus iniciales.
La cañada se hacía cada vez más estrecha,
la voz era casi un susurro.
No veía el puerto
ni el barco
ni a tu padre.
Solo sedimentos volcánicos
y ceniza.


XI
 
Podría haber sido cantante
dar serenatas y tomar vino hasta la madrugada.
Podría haber bailado cuecas
y gatos en las peñas,
dejar que me invitara a la pista algún viejo.
Podría haber sido cajera de supermercado
contentarme con mi sueldo y los días de franco,
ir los fines de semana a las fiestas del club.
Podría haber seguido los pasos de mi madre viuda,
pero no soportaba mirarme al espejo
y reconocerme en ella:
su olor a cigarrillo, los colores de su pelo,
su maquillaje, sus zapatos, sus amoríos.
Podría haber sido algunas otras cosas
aunque no muchas más. 
Elegí casarme, parir, alimentar,
soñar con futuros alegres
para ustedes.
Estoy contenta. De las posibilidades que tuve,
elegí tenerte. Abrazame. Sembremos la albahaca.


De: Por la cañada del arroyo seco, 2022

Leer más

Andrea Marone




Nació en Mendoza e n1994 y vive en Buenos Aires. Estudia Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes. Estudió Letras Modernas en la UNCuyo. Ganó en el año 2021 el certamen literario Vendimia de poesía con su libro Arterias. Publicó Vampirización del ego (2017, Mar Adentro), el fanzine La conspiración de los damascos (2020) y Arterias (Ediciones Culturales, 2022). En el año 2020 quedó en tercer puesto en el Slam Nacional de Poesía. Ha participado de revistas, publicaciones y encuentros nacionales e internacionales.


Una muchacha camina a las seis pm por la alameda. 
Es verano el desierto nos apelmaza
esquina Córdoba y San Martín
menduco triángulo de las bermudas. 
Todos pasan nadie está.
Los libreros toman birra,
los libros usados se queman al sol.
Zona de cotillón y casas de tela 
(retazos en oferta, seda, gamulán)
Se refracta el sol en las bolsas de nylon de los transeúntes.

La piba tiene el pelo seco, decolorado 
medio pajizo. 
Cumbre del agua oxigenada.
Una línea gruesa delineando el párpado 
bien negra como marca de crayón,
falda de cuerina descubriéndole los músculos 
y medias en red. 
Facha noventosa, algo vintage, un toque dramática
piel trigueña ensombrecida por tatuajes 
en cada rincón de su fragilidad.
Los brazos ahogados con pulseras de tachas.
Sostiene una mochila, parche cosido de banda de rock. 
Adentro, como la sangre que pugna por salir de la costra: 
leche en polvo, una vela 
número cuatro de parafina azul. 
¿Y el niño? no juega 
más bien se esconde entre los postes 
bancos municipales y las caderas de mamá.

Hijo de la luna.

Tiene ojos transparentes,
no es vampiro pero el sol daña su piel.
El pelo resplandece como un foco de tungsteno
y la piel tan blanca, blanca 
que las flores de los jazmines le tienen envidia. 
Podría perderse entre los riscos cuando nieva en la montaña, 
por fin impropio, por fin desdibujado 
el cachorro albino de mamita punk.



Tras saborear el dulce todavía tibio
entro en trance soy poseída.
En mis párpados cerrados
conspiran los frutos por nacernos.
Hablan con la trayectoria del caer de sus pétalos.
Fértiles por saldar la herida
ensayan partos mudos.
Su semilla engrosada con el barro
todavía se fragmenta entre las raíces.
Cascarón de huevo.
Es que hay un dolor silencioso
desde donde ocurre lo vivo.
Y agonizan hojas, tallos
conjuran cantos para alivianar la quemazón.
Cae la melodía que es agua espesa
entre las piedras del arroyo.
Cae cada nota por mi sumergida piel de manzana.

Bebe del río y remonta la calandria.
Su vuelo repite una coreografía
que es un himno de la vida nacida a la intemperie.
El ritmo es invisible.
Dibuja en el cielo figuras trágicas.
Bocanada de piedad que consigue sublimar
el equilibrio frágil del instante irrepetible.

Leer más

Sergio Morán




Nació en 1979 en el este de Mendoza, Argentina. Desde 2010 reside en la Capital de esa provincia donde ejerce la docencia en escuelas secundarias. Integró el Taller Más allá de las palabras que coordina Diana Starkman.
En 2018 publicó su libro de poemas Calle desconocida (Peces de ciudad). Textos suyos han aparecido en diarios, revistas y antologías, entre ellas Poemas por el agua (Payana Ediciones), producto de la lucha en defensa de la Ley 7722.
Desde 2020 dirige la revista digital Futuros eran los de antes, especialmente dedicada a la poesía. 
Participó de los talleres de Historia de la poesía que coordinó Javier Galarza. En 2021 Ediciones en Danza publicó su segundo libro, Ya no acampan gitanos en los baldíos. Su último libro, El amor es un exceso de lenguaje, fue publicado por Peras del Olmo en 2022.  
Es parte de la Asamblea de Trabajadorxs de la Literatura de Mendoza que lucha por impulsar políticas culturales para les escritores de la provincia.




El mundo que conocimos
se desmorona, lento.
Uno a uno los dedos de su mano
resbalan en el borde.
El presente es cada vez más fuerte.
A veces pega varios ladrillos
o encaja una piedra.
Otras, restos caen por la pendiente.
La muerte de un astro del deporte
de una estrella de cine
de un músico famoso
concentra el dolor
de los duelos privados.
La historia es la lucha
por conservar mejor lo que fuimos,
aquello que hemos amado.

De Ya no acampan gitanos en los baldíos, Ediciones en Danza 2021



dislocado
persigo la noche
tu beso flota en el aire
como un canto blando
mis manos se vuelcan en tu pecho
contornos
colores
tienen la agilidad del viento de agosto
el habitante infinito de tu voz


De El amor es un exceso de lenguaje, Ediciones Peras del Olmo, 2022
Leer más

Claudia Bertini



Mendocina, Profesora de Lengua y Literatura Inglesa, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras, UNCuyo. Estuvo diecisiete años a cargo de cátedras de literatura en lengua inglesa en el Profesorado de Inglés del Instituto Cultural de Mendoza. Obtuvo Primer Premio Vendimia Poesía en 1999 con La voz en hileras. Ha publicado durante algunos años poemas en inglés para la revista “Community of Poets” de Canterbury, Inglaterra. Viviendo en Italia fue galardonada con el Premio “Julio Cortázar” de la Universidad de Murcia, España 2003, con el cuento La Cartonista. Ha participado en Ferias del Libro en Mendoza, en ciclos de martes literarios de la provincia y en antologías nacionales e internacionales como: La ruptura del silencio, Palimpsestos, Fuego en las manos, Más allá de los poemas y Cinco libros en mi vida, de Victorino Polo García.  
Obras editadas: Cuentos que no son, poemas que quisieron, El Perfume de la Naranja. Y, presentado en mayo de 2022, el libro Floriolarium, un herbario de flores fantásticas realizado en coautoría con su hermana, la artista plástica Patrizia Bertini.


Amor brujo del Sur

Canta la escoba del viento.
mientras una luna entera
hechiza el lago.
 
El bosque susurra conjuros
a la orilla
donde el oleaje duerme
y la escalera 
recorre descalza
hojas de eucalipto 
y agujas de araucaria.

El tiempo de los alerces 
también guarda
las memorias del verano.
Ese amante que
desnuda a la locura
y le besa las costillas 
y la remonta al cielo
como a un barrilete.

Memoria de hipnóticas flores
y aromas del sur.
Quiero cerrar los ojos
y despertar en La Morada. 




Poema natural

Cierro los ojos.
En el aire, 
menta y lavanda.

La luz juega sobre mis párpados.
Urde sombras
como el sol entre las hojas.

La tierra me despierta los pies.  

Acaricio tréboles. 
El zumbido de una abeja 
lleva un eco de flor.

Lentamente, 
mis manos son verdes.

El aire me agita el pelo
cargado de musgo.

Soy vestal de hiedra.

Para cuando caigan las primeras gotas 
mi cuerpo habrá echado raíces.

Leer más

lunes, 22 de agosto de 2022

Marisa Pérez Alonso



Nació en Guaymallén, Mendoza, en 1966. Se recibió de Licenciada en Letras modernas en la Universidad Nacional de Cuyo. Trabajó como tutora de español y de literatura para estudiantes extranjeros en la empresa IFSA- Butler. Trabaja como profesora de lengua y literatura en el Nivel Superior y como facilitadora en talleres de escritura y de lectura.
En 2008 obtuvo mención honorífica en el tercer Concurso de Novela Los jóvenes del Mercosur, Córdoba, con su novela Mundos peregrinos. En 2021 recibió una mención de honor en el concurso Premio Vendimia, categoría infantil con su novela Bailarina.
Algunas de sus obras publicadas son: De la luna y otros monstruos. Antología de cuentos (editorial del Canto Rodado, 2001), Juan de este mundo (Novela, editorial Elevé, 2012; reedición en 2018 por editorial Del Naranjo), Cartas para una ballena (novela, editorial Bambalí, 2019)
Además: Audiocuento Inscripción al aquelarre en Audioteca de Consejo Federal de Inversiones. Representando a Mendoza. 2020 Participación en la antología de cuentos para primaria, Cuentos con patas (editorial Mandioca.) Participación en el libro Cuerpos urgentes de la Colectiva Escritoras por la IVE (editorial Mola) Participación en el poemario en homenaje a la obra de Gianni Rodari, Abecedari rimalimonari (editorial Rima Limón), La mujer cactus (Poemario, editorial Rima limón, 2021)..


Por adelantado


Para la muerte, desnudo mis ojos 
y mis palabras.
Que no llegue ella antes
de que haya logrado yo
ser mi verdad.

Para la muerte germino una casa
y un bosque
que me mantengan siempre de viaje,
asombrada ante cada semilla.

Para la muerte, elegiré las flores 
y los poemas
que brotarán en mi cabeza
para señalar que algo
sigue vivo…

Para la muerte
despejo este pecho palpitante y usurero,
que no se distraiga 
que no se demore
y que sea rápida, precisa, feliz.


Poema maldito

Si la palabra se vuelve hoja,
cara amarilla de la vejez,
ajada de sequedad…  sea
un oasis el silencio.

Si el grito es sólo felicidad
mal contenida
o carne abierta y sangrada,
pueda soltarlo en medio de una muchedumbre
que lo multiplique y lo adopte como sustento.

Si el carozo del sentido no germina en tu boca, que
la palabra, esa puerta, se vuelva polvo,
revuelva oscuridad, despliegue humo.

Si la retahíla de su existencia no es
vibrar febril y sudoroso entre sábanas,
provocación militante y subversiva,
furia de los sentidos y sinsentidos,
mejor el destierro,
la ceguera,
que muera en el papel en blanco.

Leer más